Empezarás el recorrido gastronómico con un joven panadero, que hará pan y viennoiserie in situ. Observa cómo se enrollan y doblan los cruasanes antes de que pruebes aquí uno de los pasteles más queridos de Francia y aprendas cómo llegó a Burdeos.

El siguiente plato de tu ruta gastronómica es el emblemático canelé de Burdeos, un dulce muy vinculado a la famosa región vinícola. Visitarás una pequeña pastelería regentada por sus propietarios que elabora diariamente canelés frescos con ingredientes naturales.

Pasarás por la catedral medieval de San Andrés, el monumento religioso más bello de Burdeos y donde se casó el futuro rey de Francia Luis VII en 1137. Detente para admirar la torre dorada de Pey-Berland antes de continuar hacia tu siguiente parada gastronómica. Como uno de los puertos más antiguos de Francia, la agitada y vibrante historia de Burdeos abarca más de 2000 años.

Recorre sus encantadoras calles y detente en un café típico para degustar un sabroso sándwich clásico francés: el croque monsieur. A continuación, ¡queso! Ningún viaje gastronómico por Francia estaría completo sin él. Guiado por un quesero especializado, aprende las diferencias del terroir francés ¡en un país que produce más de 1200 quesos!

Haciendo una parada en el famoso barrio Triangle d'Or, visitarás una institución bordelesa que produce chocolate artesanal desde 1915. Es una empresa familiar de tercera generación y una visita obligada en Burdeos.

Justo al lado se encuentra una de las nuevas pâtisserie de Burdeos , que lleva el nombre de la característica costa atlántica de la región. Inventado en 2007 por el hijo de un famoso pastelero, probarás el delicioso y popular hojaldre crujiente relleno de crema.

Termina en un bar de vinos local y aprende todo lo que necesitas saber sobre los vinos regionales franceses en una cata de tres vinos locales. Haz todas tus preguntas sobre vinos al propietario: ¡también dirigirá la cata y te contará sus opiniones sobre el vino!